Daniel moro Vallina (Oviedo)
Viejos y nuevos caminos sonoros en el “Festival de Música de América y España” (1964-1970)

Las relaciones culturales entre América y España constituyen un fenómeno amplio y complejo que admite diferentes lecturas ideológicas. La tesis del hispanoamericanismo, que defendía una unidad cultural entre España y Latinoamérica basada en una tradición, religión y lengua comunes, fue impulsada por el régimen franquista para legitimar la posición española en el contexto internacional. En el terreno de la Nueva Música, los intercambios entre América y España durante el primer franquismo se concretaron en la circulación de diversas ediciones argentinas sobre música contemporánea. Exceptuando el caso de los pioneros Robert Gerhard y Joaquim Homs, no será hasta finales de la década de los cincuenta cuando el dodecafonismo y el serialismo comiencen a difundirse tímidamente por España. En este contexto, la presencia de compositores americanos adscritos a estas tendencias fue bastante escasa.
El panorama cambia a partir de 1964 gracias a la celebración de uno de los encuentros musicales más importantes de la década: el Festival de Música de América y España. Sus tres ediciones supusieron una oportunidad para que los compositores españoles conocieran la actualidad musical americana, desde obras adheridas a un nacionalismo localista hasta las corrientes del serialismo, la electroacústica y las músicas abiertas y de acción. El amplio marco geográfico que abarcó el Festival no pasó inadvertido por el régimen a la hora de promocionar determinados valores de la tradición española, ensalzando a figuras como Manuel de Falla y Oscar Esplá frente a la nueva generación de compositores. Esta confrontación entre vanguardia y tradición quedó reflejada en las numerosas páginas que la prensa nacional y extranjera dedicó al encuentro.
Proponemos un estudio de la recepción de la nueva música americana a través del Festival de Música de América y España, apoyándonos en la opinión de críticos musicales como Enrique Franco, Antonio Fernández-Cid, Tomás Marco y Antonio Iglesias. También abordamos algunas de las problemáticas estéticas planteadas en  el encuentro, como la crisis de la música como lenguaje, la adopción de la aleatoriedad y la electrónica, o el debate sobre si la música debía aspirar a la universalidad o potenciar las características nacionales. Estos temas fueron tratados en una serie de conferencias asociadas al Festival: las Conversaciones de Música de América y España.